ADORACIÓN NOCTURNA

 ADORACIÓN NOCTURNA




Llegué a Abancay un miércoles santo y al día siguiente en la vigilia eucarística del Jueves Santo en la Catedral conocí a mi actual grupo de oración de la Renovación Carismática. Esa noche estuvimos hasta las 2 de la madrugada adorando y alabando al Señor, y se me hizo corta. 

Unos meses después iniciamos las vigilias de Adoración el primer jueves de mes durante toda la noche en la misma Catedral. Ha sido una dura y bonita batalla, propia de Nuestro Rey, sacar adelante estas vigilias. Además hemos recuperado la vigilia semanal de los jueves, también con diversas dificultades. 

Los primeros meses tuvieron la belleza de la intimidad con Jesús a lo largo de toda la noche, siendo muy pocos los adoradores y en ocasiones una sola persona permanecía largas horas a solas Con el Amor de los amores. Nos hemos organizado por turnos para cubrir la noche y dar a todos los grupos parroquiales su espacio. La participación es diferente cada mes pero siempre, siempre con sorpresas maravillosas de conversiones, de encuentros únicos con Nuestro Dios. 
Los últimos dos meses la novedad ha sido la invitación a la gente de la calle a la Adoración. El método es muy sencillo; ofrecemos una velita encendida para que la pongan junto al Santísimo... muchas personas acceden. De ese modo, gota a gota van entrando en el templo por la nave central en dirección al Santísimo Sacramento y allí se les invita a arrodillarse y a dialogar con Jesucristo personalmente. 

La vigilia la hacemos desde hace unos meses los primeros viernes, hasta la misa de 6.30am, también en la Catedral. Comenzamos después de misa de 7pm; decorando el altar con telas diversas, velones, alistamos los altavoces, el micro... Y tras exponer la Eucaristía en la Custodia dirigimos al Señor unas oraciones de adoración y cantos de alabanza. Durante una hora y media vamos adorando, alabando y se da una enseñanza. Cada hora va tomando el relevo un grupo parroquial con sus diversos etilos de oración. 

Después algunos salen a la calle con unas velitas y van invitando a los viandantes a acceder al templo para ofrecer alguna intención personal; la excusa es prender una velita, algo que resulta un aliciente para personas muy diversas que pasean por la plaza de armas metidas en sus mundos, sus distracciones, sus pasiones, indiferentes a la cercanía de Dios en la Eucaristía. Una oportunidad sorprendente para ellos de encontrarse con Cristo en medio de su trajín, un asalto nocturno de Amor. 

Hasta casi las 4am nos duraron las 200 velitas y los "invitadores" salieron en parejas a la plaza central (plaza de Armas) y calles aledañas. El primer viernes de agosto salió un grupito a la calle con unas pocas velas que habían traído. En septiembre ya planificamos esas salidas de lo que podemos llamar los "invitadores" y compramos entre todos100 velitas y nos quedamos cortos. La pasada noche del 4 de octubre fueron ya 200 velitas y también nos quedamos cortos. 

Cuando empezamos esta maravillosa actividad yo era laico, después diácono durante 6 meses y ahora presbítero desde el pasado 28 de junio. Mi participación ha ido variando en este sentido. Ahora me paso casi toda la vigilia confesando y charlando con quienes no desean o no están preparados para recibir la absolución. La pasada noche ha sido muy bella, viendo cómo entraban personas de lo más diverso, grupitos de jóvenes despistados, parejas que paseaban en una noche romántica y que se convirtió en una noche de encuentro con el Amor. 

Historias personales de lo más variado e intenso, algunas que hemos podido conocer y quedan en la reserva y otras que nunca conoceremos. Dios nos deja conocer algunas como dedadas de miel para poder darle gloria. 

Tenemos un grupo maravilloso de invitadores, entre los que destaca Sulma, una mujer ya con unos años que ha sido misionera laica en varios países; tiene un gran impulso evangelizador, siendo pequeñita de tamaño. También Alexia, una joven ingeniera que está en un tiempo de preciosa conversión. También otros jóvenes profesionales como Marco...

Para los invitados esas noches son toda una fiesta espiritual interior; para cada uno de ellos con más o menos intensidad, pero para los invitadores y quienes se quedan adorando y como intercesores, también es un gran regalo ser privilegiados testigos de esas entradas dubitativas, sonrientes, de personas tan dispares que caminan vacilantes por la nave central portando sus velitas y se postran adorantes ante Jesús Eucaristía como aquellos sencillos pastores de Belén ante nuestro entrañable Dios Niño. 

Cada vigilia eucarística en una Navidad para todos en esta tierra tan desolada, en esta Iglesia que vive su amarga Pasión eucarística. Queremos así consolar a Jesús por quienes le ofenden, adorarle por quienes no le adoran, amarle por quienes no le aman. ¿Nos acompañas?



Cartel de la campaña "40 días por la vida" Hemos rezado por el fin del aborto. 



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