CANUA. TORAYA

 

CANUA. TORAYA. 27 de julio de 2024

Me han encargado una misa en este pueblo, a casi dos horas de Abancay en dirección Chaluanca-Nazca-Lima. Me acompañaron Jessica y Lizbeth, dos amigas de mi grupo de oración. Fue un día sencillo y bonito, con sorpresas de Dios, como siempre que uno se aventura a la misión. Aquí los sacerdotes "salen de misiones" con frecuencia, pues cada parroquia donde viven tiene a su vez 20, 30 y hasta 80 capillas dependientes por los valles y cerros. Es mi primer día de misión para celebrar la santa misa y he pagado la novatada, pues no llevé el material adecuado; estaba más preocupado de saber llegar al lugar y pensaba que habría ornamentos y objetos litúrgicos en esa capilla. Aunque ya llevo aquí un año siempre he ido a los pueblos -comunidades se denominan- como laico o como diácono. En las capillas -ahora me doy cuenta- tienen unas pocas imágenes de santos, mantos, capas, coronas, lampadarios para las velas, y poco más. Precisamente estoy pendiente de recibir de España una donación: una mochila de misiones con los objetos litúrgicos necesarios para poder celebrar adecuadamente la Santa Misa. Hoy gracias a Dios llevé lo mínimo para poder celebrar la Eucaristía pero de forma muy precaria; tuve que pedir unos tarros de cristal como cáliz y patena, y felizmente la familia que encargó la Eucaristía me los facilitó. Posteriormente les indiqué que esos objetos ahora debían ser guardados con devoción. Hoy hace un mes que fui ordenado presbítero y la de ayer fue mi primera misa de misiones y he aprendido la lección de salir siempre preparado con mi mochila de misión, aunque de momento sea "apañada" con un cáliz de aquí y una patena de allá...  
En cualquier caso me armé de valor y como había llevado formas de pan para consagrar, un botecito de vino y un manutergio digno, pude poner el amor y la ternura para suplir la carencia de un buen cáliz, patena, etc celebrando con mucha unción. Para el misal y lecturas tiré de internet y me salvó la papeleta. 
Al llegar la capilla estaba con mucho polvo y descuidada. Entre mis amigas y las vecinas fuimos adecentándola mientras iba llegando la gente. Me ofrecí a confesar a quienes quisieran y al principio nadie se animaba. Resultó que la familia que encargó la Eucaristía la conocía pues una de ellas es abuela de un alumno mío en el colegio diocesano que coordino en Abancay. También otra era amiga de una de mis amigas que me acompañaba... Estas son cosas de Dios, pues esto facilitó la cercanía con la gente del pueblo y al cabo de un rato se empezaron a confesar. Casi una hora duraron las confesiones y después de la santa misa nos invitaron a almorzar; aquí los almuerzos cuando son grandes te ponen un platazo inmenso -en este caso pollo, trigo, ajil, ensalada, papas...- y te lo plantan en la mano y adelante; sin mesas, cada uno en su silla y a darle al dedito y casi a las manazas. Ya me he acostumbrado y se me ha vuelto algo natural; comer con las manos de forma delicada es posible. Luego nos ofrecieron unas chelas (cervezas) y mis amigas ya me hicieron la señal de retirada, pues sino aún estaríamos ahí. Gracias a Dios la gente es muy acogedora y te puedes pasar allí la tarde entera. Un detalle muy bonito fue que una mamita estaba muy muy contenta pues su hijito de dos años con una especie de parálisis cerebral permaneció toda la misa riendo y haciendo sonidos de entusiasmo y dice que nunca lo había hecho, que siempre está mucho más pasivo... Le atendí al niño desde el principio y al acabar la misa hice una bendición especial sobre él ofreciéndolo a la Santísima Virgen en su advocación de la Asunción, patrona de esta comunidad. En Canua desde hace casi 20 años se inició una piscigranja comunitaria apoyada por una subvención y ahora hay 15 piscigranjas. Crían truchas y las venden en el entorno para restaurantes y mercados. La foto está hecha desde el cementerio, donde fuimos a rezar por la familia de quienes encargaron la Eucaristía. También rezamos por Vanesa, una amiga de Lizbeth y Luchita (también de mi grupo), que perteneció al grupo de oración en el que estoy y falleció con menos de 25 años en 2016. Oremos por ella. El nombre de Canua parece ser que deriva de su aspecto en forma de canoa visto desde el cerro; quizá otro día podamos subir a alguno de los cerros cercanos y comprobarlo. Desde luego quiero regresar porque es un valle precioso y con un hermoso río; mi idea sería hacer una acampada aquí con los seminaristas y pescar unas truchitas, asarlas al fuego... Volveré! 



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